De nuevo palabras atropelladas
que luchan por salir,
todas en primer lugar;
no buscan trofeo, buscan libertad,
ansiosas por rellenar aquel papel en blanco...
Tanta vida, y tan mínimas constantes vitales;
espejos sin reflejo y una imagen
de belleza deformada
en la esquina del tiempo
ansiosa por envolver palabras...
Amor y odio
sin decepción ni pena.
La estantería para los trofeos
completamente vacía.
Pura belleza, puro arte...
Lo sé.
Lo prefiero.
Es mi veneno,
pero también es mi antídoto.
2 comentarios:
Que nada nunca me separe de los dos.
Que nada nunca me separe de los dos.
algo mas que un abrazo.
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