De
nuevo, como tantas otras veces, he aprendido algo que ya sabía.
Dicen
que unas veces se gana y otras se pierde… y es cierto. Lo que no dicen es que
para ganar o perder es imprescindible competir, y que cuando una competición pasa
por tu lado, es preferible hacerlo. Todo lo que no sea elegir un bando y
competir, es un tremendo error.
Da igual cuál sea la lucha; da igual que esa
lucha sea la estupidez más grande jamás contada; da igual que en realidad no
tenga nada que ver contigo y tan solo te pille por ahí cerca; da igual que no
tenga ningún sentido. Todo da igual.
Porque si compites, al menos te quedan dos
opciones: Puedes ganar, o puedes perder…
Pero si no compites, siempre terminas
pagando las consecuencias de la victoria y de la derrota. Y descubres realmente
quienes son los competidores para ti, y sobre todo, quién eres tú para los
competidores.
Y entonces es cuando se te queda cara de tonto, y piensas… “Ojalá
hubiera perdido”.
1 comentario:
¿Cómo identificar el triunfo sin que la derrota nos enseñe a desearlo?
Precioso blog.
Abrazos blogueros.
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